Lavarse los dientes es un gesto diario.
Es fácil dejar el grifo abierto durante el cepillado, gastando agua
inútilmente. Cerrarlo durante esos minutos supone un ahorro importante de agua
al final del año. Igualmente si se hace al afeitarse.
Los aireadores o ecorreductores son una solución muy fácil y barata para reducir
el consumo de los grifos. Su función es la de introducir aire en el caudal
reduciendo la cantidad de agua que sale del grifo pero aumentando su volumen de
forma que, con menor caudal, consiguen el mismo efecto. Se pueden instalar en
casi todos los grifos del mercado y suponen un ahorro de hasta un 40% con una
inversión mínima.